Suelos de cocina: 6 materiales diferentes

Marisa Alcore Marisa Alcore
Vivienda El Cabanyal, Enblanc Enblanc Modern kitchen
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La cocina es uno de los lugares de casa que más rápido se estropea. El uso que hacemos de ella y su exposición a vapores, humedad e incluso fuego provocan que sus materiales se deterioren y pierdan funcionalidad y estética. Es por esto que las cocinas suelen ser las estancias en las que primero pensamos a la hora de hacer reformas en casa. 

Tomada la decisión de modificar el diseño de este cuarto humeante de nuestra vivienda, hay que decidir si queremos un cambio radical o reparar tan solo alguna parte. Los revestimientos de cocina y los suelos son las intervenciones favoritas ya que renuevan completamente el estilo del espacio gracias a incorporar un material o acabado diferente. 

Lo primero que pensamos a la hora de elegir nuestro nuevo suelo es en baldosas cerámicas. Sin embargo, en la actualidad existe una amplia gama de soluciones para pavimentos de cocina que ofrece estética y funcionalidad  a partes iguales. ¿Los conoces todos? Te los detallamos a continuación. 

Baldosas hidráulicas 1

Nacieron en Francia a finales del siglo XIX como una alternativa a los azulejos cerámicos, ya que estas coloridas baldosas de cemento no necesitan ser cocidas en su fabricación. Suelen tener dos centímetros de espesor y resultan un material muy adecuado para colocar en zonas húmedas, como cocina o baños, sobre superficie verticales u horitzontales. Fueron muy empleadas en la época modernista  y quizá este sea el motivo por el que las asociamos a este estilo, aunque encajan en diversos ambientes. Son resistentes e impermeables y su limpieza no requiere de productos especiales. Eso sí, hay que evitar emplear ácidos o productos químicos abrasivos. 

Baldosas hidráulicas 2

En cuanto a su diseño, encontramos diferentes aplicaciones. Como observamos en el primer ejemplo, se ha utilizado un pavimento de baldosa hidráulica en la zona de la cocina abierta al resto del espacio, más adecuado que la madera para este tipo de usos. Los colores y dibujos de estas piezas encajan a la perfección en el diseño de corte moderno.

En la segunda fotografía encontramos una escena diferente, aquí el mosaico elegido crea una atmósfera ligada a lo artesanal. Y no es para menos, ya que estas piezas son fabricadas ecológicamente y a la manera tradicional. 

Vinílicos

Los suelos vinílicos son una alternativa reciente que no muchos conocemos. Se trata de un pavimento continuo de plástico, más concretamente de PVC, muy apropiado para el uso de cocinas y baños. Es duradero, resistente y una solución económica y muy estética, ya que este tipo de suelos imitan colores y texturas de otros materiales. Su colocación es sencilla: simplemente se adhiere sobre el suelo, previamente uniformado. Es higiénico, su mantenimiento es sencillo y tan solo se necesitan productos cotidianos para su limpieza. Sin embargo hay que tener precaución con no apoyar objetos a alta temperatura, ya que pueden dañarlos. 

En cuanto a su diseño, os mostramos uno muy peculiar: en esta cocina se ha revestido el suelo con un vinílico que imita de manera realista a la madera. Se consigue un ambiente de lo más rústico sin recurrir a materiales delicados para los cuartos húmedos. Sin embargo, este no es el único formato en el que encontramos este pavimento.El que os mostramos en esta fotografía en concreto se puede encontrar con acabado en baldosas y lamas imitando a minerales o maderas. 

Laminados

Llegó el turno a los laminados: una alternativa a la madera con mejor comportamiento y más económica. Este tipo de suelos se caracterizan por estar fabricados a partir de paneles de fibras de madera adheridos y prensados. El último panel que supone la parte vista de este pavimento es una capa plastificada donde se ha impreso una fotografía realista de la madera que preferiríamos. Se sobreentiende entonces que este tipo de pavimentos ofrece una infinita gama de acabados y colores. Al estar su superficie plastificada, es impermeable, duradero y resistente a impactos o rayas. Su mantenimiento y limpieza es sencillo, así como también su colocación. 

En este ejemplo en concreto se ha empleado un laminado acabado en madera de roble y, como podemos apreciar, a simple vista resulta difícil diferenciarlo de un pavimento natural de madera ya que incluso presenta diferentes vetas y juntas como el parqué real. 

Cerámicos

Las baldosas cerámicas son el recurso más empleado en cocinas y baños desde tiempos inmemorables. Y precisamente este hecho avala su calidad y buen hacer, ya que estas piezas de diferentes geometrías y tamaños son perfectas para revestir tanto las paredes como los muros de los cuartos húmedos de casa. Hoy en día podemos encontrar procesos de fabricación e incluso materialidad, lo que nos brinda poder elegir entre una amplia gama de colores, brillos y texturas. Incluso también encontramos pavimentos cerámicos que imitan a otros materiales, como por ejemplo la madera o la piedra. 

En este caso se ha empleado un formato de baldosa grande, de color oscuro y acabado mate: una opción muy elegante y limpia para una cocina. 

Piedra natural

La piedra natural es, junto a las baldosas, el otro gran revestimiento de suelos para cocina. Granitos, mármoles, pizarras… : la piedra nos ofrece una gran variedad de brillos, acabados, colores y texturas que aportan lujo a la cocina. Si nos decantamos por este material, debemos tener en cuenta que a pesar de que su limpieza es rápida y fácil su mantenimiento, estos suelos son muy susceptibles a los ácidos. 

En este ejemplo se ha elegido un suelo de piedra de color blanco y acabado brillante para esta sofisticada cocina de formas curvas e inspiración minimalista. 

Microcemento

La última alternativa que os presentamos en este libro de ideas es el microcemento. También empleado como revestimiento de muros, este material contínuo no es más que un mortero pigmentado que se coloca sobre cualquier tipo de superficie, independiente de su geometría o situación. Se trata de una solución muy económica que funciona a la perfección especialmente en cocinas y baños y además presenta una ventaja: se puede colocar sobre nuestros anteriores revestimientos.

Se presenta en infinidad de colores, tantos como pigmentos, y aporta un toque elegante y moderno a nuestros espacios, tal y como vemos en este ejemplo. Aquí, se han revestido muros y suelo con microcemento de color caldera, creando un paisaje cálido y a tono con el color crema del mobiliario. 

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