Con el correr del tiempo las personas se van volviendo más frágiles e inestables, casi como en la primera etapa de sus vidas. La actividad cotidiana se complica si no se cuenta con el equipamiento adecuado para una persona mayor porque los años afectan su vista, el sentido de la orientación, el equilibrio, la movilidad y la flexibilidad, y ya no se pueden desplazar por la casa como antes.
El diseño del espacio vital de los adultos mayores debe intentar ante todo darles seguridad, para evitar resbalones y caídas. Éstas son bastante frecuentes en esta etapa donde los huesos se vuelven más frágiles y no dan el sostén de antes. Conocé qué detalles hay que tener en cuenta para crear un entorno amigable y seguro para las personas mayores.
El ambiente ideal para un adulto mayor tiene que estar especialmente acondicionado. Se pueden incluir objetos diseñados para esta edad como los brazos auxiliares
, unos palos livianos de aluminio con una pinza o mano mecánica en un extremo para alcanzar objetos de los estantes más altos. Esto ayuda a evitar que el anciano se trepe a una silla o escalera con consecuencias irremediables.
Al elegir un sillón, siempre es mejor uno rígido y alto, ya que si es muy bajo o acolchado la persona se puede hundir
al sentarse, y tendrá mucha dificultad para reincorporarse sin ayuda. También conviene instalar alarmas o timbres para pedir ayuda, teléfonos y controles remoto con números grandes y mecanismos electrónicos para subir y bajar persianas.
En la casa ideal para un adulto mayor no debe haber desniveles que pueden hacerlo caer o tropezar debido a la falta de equilibrio o una visión disminuida. Las casas sin escaleras son las más apropiadas, ya que cuando se tiene una edad avanzada es común padecer artritis, reuma o dolores de huesos. Más de una vez, tener que afrontar los escalones es un desafío que los cansa con solo mirar lo que tienen por delante.
Los médicos especialistas en el tratamiento de las personas mayores aconsejan que éstos pasen tiempo al aire libre, tomando fresco y luz directa del sol. El cuerpo produce vitamina D cuando la piel se expone directamente al sol, y ésta ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Este mineral no puede faltar para evitar la osteoporosis y ayudar a tener huesos sanos y fuertes.
Los pisos del hogar de un adulto mayor tienen que ser antideslizantes; si son de madera nunca deben estar encerados. Y los de porcelanato no son los mejores porque al ser demasiado lisos pueden provocar resbalones. No es conveniente que haya alfombras porque el anciano puede pisar y patinarse o tropezar con ellas; una solución es clavarlas o fijarlas al suelo para evitar bordes levantados que causen accidentes. También se pueden agregar franjas autoadhesivas antideslizantes en las zonas críticas como escalones o desniveles.
Todos los ambientes deben estar bien iluminados, pero evitando focos de luz exagerados que hagan que el adulto mayor se encandile. Una mala iluminación también puede producir sombras que dificultan la visibilidad, impidiendo distinguir formas y colores. También es muy importante cuidar que cada ambiente donde esté el adulto mayor esté bien ventilado, evitando la humedad que es muy mala para su salud. En el dormitorio lo ideal es que llegue la luz directa del sol.
El cuarto de baño para un adulto mayor debe estar acondicionado para que sea funcional. Es mejor una pileta de ducha que una bañera, ya que para muchos puede resultar difícil ingresar en esta última. Conviene disponer de varias barandas para sujetarse, una mampara de puertas anchas que se abra hacia afuera y piso antideslizante o alfombras de goma que cumplan esta función. También se puede agregar un asiento plástico para que la persona se pueda duchar sentada si tiene la movilidad reducida.
Los inodoros deben tener una altura mayor que la habitual, aunque se puede comprar un suplemento adaptador que eleve la superficie del asiento.
Los cuartos de la vivienda de un adulto mayor pueden estar pintados de colores que levanten el ánimo como el amarillo y el naranja. No hay ninguna razón para pintar todo de blanco o beige, aunque conviene evitar los diseños con efectos ópticos
o colores muy estridentes, porque los pueden llegar a marear y confundir. Agregar cuadros y adornos también ayuda a que el espacio sea armonioso y agradable para estos usuarios.
El adulto mayor debe tener un sector de esparcimiento bien ambientado, con muebles de un color que contraste con el del piso y las paredes. Esto evita accidentes en personas con la visión disminuida, ya que podrá diferenciarlos y no llevárselos por delante. Las sillas deben ser firmes, con apoyabrazos y espalda alta que den un buen soporte, y si hay sillones, evitar los almohadones demasiado mullidos.
Conviene colocar espejos, relojes de pared y vitrinas con objetos que les resulten familiares, ya que ayudan a reforzar la ubicación en el tiempo y el espacio. Con un entorno ideal, el adulto mayor puede disfrutar de cada rincón, sin accidentes que pongan en riesgo su integridad.