Es pensar en el dentista y a más de uno de nosotros nos recorre un escalofrío por la espalda, ¿caries? ¿aparato? Igual de importante es la delicadeza de nuestros doctores dentales, que el diseño de su clínica. ¿Quieres que tu clínica tenga éxito? ¡No espantes a los clientes! Aquí te mostramos algunos ejemplos
A nadie le provoca saltos de alegría ir al dentista. Por eso, esta clínica ha decidido autodenominarse de una manera diferente: Dental club. Sí, sería mejor sin el dental, pero tampoco había que pasarse. Como si de un verdadero club se tratara, la sala de espera se llena de una atmósfera cálida y acogedora: un pomposo sofá rojo, cojines dorados y lámparas al más puro estilo sesentero. Si nos dicen que es una clínica, no nos lo creemos.
Los diseñadores de esta consulta dental han querido relajar a sus clientes de una manera muy natural: con el cantar de los pájaros. vinilos en la pared crea una decoración jamás pensada para una clínica. Colores, luces… Aquí no necesitaremos cerrar los ojos para imaginarnos en otro lugar diferente.
Esta otra clínica apuesta por el elemento sorpresa. Porque si entras en una habitación, y lo que ves tiene poco que ver con lo que esperabas, el miedo se va de repente, aunque sea por unos minutos. En lugar de la clásica clínica blanca, las luces futuristas, los materiales y el efecto 3-D del suelo nos fascinan.
Ya sentados en la silla, tenemos una opción: imaginarnos el crujir de las hojas con el viento mientras miramos fijamente el mural. El dibujo no podía ser más acertado: un árbol verde, que nos produce una gran sensación de calma y paz. Y si el dibujo no es suficientemente relajante, tenemos otra opción: ¡contar hojas!
Por último, una clínica siempre es una clínica, con sus herramientas de trabajo que nos producen pavor solo verlas. Sin embargo, un recurso para restarle peso al asunto es pintar las paredes de colores brillantes, dando a la habitación mucha más vitalidad y aumentando la motivación en el trabajo.