Puente térmico: ¡consejos para evitarlo!

Ya te hemos ido adelantando lo que significa el puente térmico, pero lo cierto es que nunca se sabe lo suficiente para conseguir que nuestra vivienda esté en las mejores condiciones posibles. Se considera puente térmico cualquier parte del cerramiento del edificio (solera, cubierta, fachada, ventanas, etc.) donde la resistencia térmica cambia significantemente, es decir, es el punto o zona de la envolvente por el que se transmite más fácilmente el calor comparado con el resto de la superficie.

Los puentes térmicos pueden tener un gran impacto en la demanda energética de un edificio, sobre todo en climas fríos, como los del centro de Europa. España no tiene unas características climáticas homogéneas pero, en general, disfrutamos de un clima templado sin llegar a temperaturas extremas y, gracias a esto, el impacto de los puentes térmicos es mucho menor e, incluso, en muchos casos, despreciable.

Los puentes térmicos aumentan el riesgo de formación de mohos, debido a que en invierno los elementos constructivos están más fríos, y la diferencia de temperatura entre los diferentes elementos que están en contacto, produce condensaciones superficiales e intersticiales, que hace que prolifere el moho en superficies, como paredes. Por lo tanto, un puente térmico no solo nos puede suponer un mayor gasto de calefacción sino que también puede ocasionar problemas de salud a los ocupantes del edificio.

Ya has visto que los puentes térmicos pueden ser peligrosos, no solo para la estructura de la vivienda, si no que también para la salud de los habitantes de la misma. Estos puentes térmicos pueden producirse de varias maneras. A continuación, te mostramos las tipologías de puentes térmicos, que se dan entre elementos constructivos, donde se produce una variación de su uniformidad, y por lo tanto, de temperatura:

• Puentes térmicos constructivos : cambios en el espesor del cerramiento o de los materiales empleados. Un ejemplo de este tipo de puente térmico pueden ser las típicas hornacinas para radiadores que encontramos debajo de muchas ventanas.
• Puentes térmicos geométricos: se producen por las diferencias entre las áreas internas o externas del elemento. Estos se producen en los encuentros entre dos o más paramentos de un cerramiento, mayoritariamente en las esquinas, donde el área de la superficie exterior e interior no coincide.
• Puentes térmicos por cambio de material: esto sucede cuando se realiza una unión completa o parcial de materiales de construcción con diferente conductividad térmica. En los peores casos nos podemos llegar a encontrar materiales de la envolvente que están al mismo tiempo en contacto con el aire de fuera y el de dentro.

Los puentes térmicos más comunes son: 

- Los integrados en los cerramientos de fachadas, como son los pilares, los huecos de ventanas y las cajas de persianas. 

- Los que se originan en el encuentro con los cerramientos de fachadas, como son los cantos de forjado, las uniones de las cubiertas, las cubiertas con los petos, las cubiertas sin petos, las uniones en contacto con el terreno, la unión con solera y la unión con muro enterrado. 

- Los que se originan en las esquinas o en el encuentro de los cerramientos de fachadas, como son las esquinas entrantes y las esquinas salientes. 

- Los que se producen en los encuentros de voladizos con cerramientos de fachadas. 

- Los que se producen en los encuentros de la tabiquería interior con los cerramientos de fachadas.

Pensarás que, sabiendo lo que es un puente térmico, lo más lógico es que los profesionales dedicados al diseño y planificación de un edificio, ya sea una casa de una sola planta, de varias, o una vivienda plurifamiliar, u oficinas, tengan especial cuidado y presten mucha atención a la hora de diseñar los detalles constructivos de cada encuentro. A pesar de que esto sea así, y que los expertos realicen un estudio exhaustivo de cómo interfieren los materiales entre sí, lo cierto es que hay zonas que (casi) siempre van a tener puente térmico. Son las siguientes:

• Ventanas: el precerco, el cerco, el marco, el vidrio e incluso el vierteaguas pueden ser puentes térmicos. Actualmente, las ventanas ya tienen un elemento de rotura de puente térmico: una pieza de un material poco conductor introducida entre la cara interior y la exterior de la perfilería y que también separa los dos (o más) vidrios.
• Cajón de persiana o capialzado: antiguamente no se aislaban los cajones de persiana, por lo que había siempre puente térmico a través de estos elementos. Hoy en día los fabricantes aíslan correctamente los capialzados. Además, ten en cuenta que una persiana motorizada va a estar mucho mejor aislada que la clásica.
• Pilares: en edificios antiguos, es habitual que existan pilares embebidos en un muro en contacto con el exterior, de forma que se corta el aislamiento, en caso de que sea existente.
• Forjados: en los forjados también ocurre algo similar. Podemos encontrarnos el canto del forjado de un edificio que llega casi hasta el exterior, de forma que se corta el aislamiento, causando un puente térmico en fachada.

Una casa que tenga estructura de hormigón o metálica, los pilares y las vigas del forjado de la misma harán de puente térmico respecto a los cerramientos de las fachadas que comúnmente son de fábrica de ladrillo si el hormigón y el ladrillo están en el mismo plano, ya que si están en el mismo plano la fábrica de ladrillo se verá interrumpida por el pilar y la viga, los cuales trasmiten mucho mejor el calor que la cerámica de los ladrillos, provocando una pérdida de este calor al exterior, y con ello dando lugar a un punto frio que suele producir condensaciones de agua, que termina transformándose en aparición de manchas de humedad y moho dentro de la casa, lo cual es una verdadera y titánica lucha para eliminarlo con productos fungicidas, puesto que siempre vuelve a dar de nuevo la cara saliendo en el guarnecido de la casa.

Constructivamente este puente térmico se soluciona no situando el hormigón y el ladrillo en el mismo plano, es decir, que ambos materiales no estén enrasados con el cerramiento de la fachada por su cara exterior. Para ello se diseñan en un plano retranqueado o rehundido tanto los pilares como las vigas del forjado con respecto a la fábrica de ladrillo del orden de unos 5 centímetros. Se suelen chapar con una rasilla o un ladrillo hueco sencillo si se va a revestir con un enfoscado como acabado del cerramiento, o con una plaqueta de ladrillo visto si el cerramiento es de ladrillo visto, de esta forma se protege el hormigón aislándolo del exterior. Con ello se logra eliminar las condensaciones y la aparición de moho.

Actualmente es muy frecuente observar que en un determinado edificio de tu calle están revistiéndolo por la cara exterior del cerramiento de fachada con placas de poliestireno extruido de espesor en el entorno de los 5 centímetros y que tiene una alta densidad, estas placas son de dimensiones en el entorno de los 60x30 centímetros. Las aplicaciones del poliestireno extruido en edificación actualmente se materializan en el aislamiento de la envolvente del edificio, mejorando el confort térmico de las viviendas, reduciendo la transmitancia térmica de los elementos constructivos en los que se incorpora, y por ello reduciendo el consumo de energía, tanto de calefacción en invierno como de refrigeración en verano,  y reduciendo también el coste de tu factura energética, y asimismo también las emisiones de CO2 al aire. Esta es una solución que mejora notablemente la eficiencia energética de la casa o edificio donde se aplica, puesto que elimina todos los puentes térmicos. El proceso constructivo es el siguiente: 

- Se adhiere con mortero cola las placas al cerramiento de fachada colocadas a matajunta. 

- Se aplica sobre la cara exterior de las placas un mortero monocapa, que sirve de acabado, si el edificio tiene muchas plantas en ocasiones se fijan las placas con spit-rock en las esquinas de las mismas para anclarlas mecánicamente al cerramiento de fachada.

Hemos definido que un puente térmico es la zona del cerramiento de una fachada donde se trasmite más fácilmente el calor, y esto se produce por el tipo de material o por su espesor. Un caso muy claro lo tenemos en las ventanas, en las cuales el vidrio es doble con una cámara de aire en el centro. Este vidrio es muy buen aislante, pero el aluminio de su cerco es un material muy conductor, con lo cual por el se escapa el calor, y en invierno pueden aparecer gotas de agua de condensación en el marco. Para eliminar esa trasmisión de calor se diseña el cerco de la ventana con rotura de puente térmico, el cual consiste en que la cara exterior y la interior no tengan contacto entre ellas, para lo que se utiliza un perfil separador de plástico embutido en el propio perfil de aluminio del cerco de la ventana. El sistema de rotura más usado en las ventanas con perfiles de aluminio son las varillas de poliamida 6.6, reforzadas con un 25% de fibra de vidrio, que es uno de los pocos productos termoplásticos autorizados por la normativa europea UNE-EN 14024.

En las ventanas de PVC no tiene sentido hablar de rotura de puente térmico, debido a que el PVC no es un material que sea conductor del calor. Por ello desde un punto de vista teórico es más eficiente una ventana de este material, aunque en general la condensación de humedad en el vidrio se asocia solo a las ventanas de aluminio, también puede ocurrir en estas lventanas , aunque nunca aparece en el perfil de PVC, ya que este material no condensa la humedad. Si puedes en tu casa coloca ventanas abatibles o oscilobatientes puesto que son más herméticas que las correderas. La ventana debe de estar bien aislada y correctamente instalada en la fachada, así como su persiana y cajón que deben de estar perfectamente aislados. Y si al perfil de aluminio con rotura de puente térmico o al perfil de PVC, le colocamos un vidrio doble bajo emisivo, lograrás un gran aislamiento que se traduce en un ahorro contínuo en tu factura de energía, y además emitirás menos CO2 al aire.