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Desde la antigüedad existe un elemento arquitectónico que es básico para crear dentro de un edificio los diversos suelos. El propio suelo y la estructura que lo soporta pueden estar diseñados en su totalidad con madera, y de hecho es este el material de construcción que tiene una mayor resistencia a la tracción, y por ello se usa desde hace siglos. Y además esto no es todo, ya que la estructura de madera actualmente es bastante barata, y ha conseguido buenos resultados a lo largo de los años desde un punto de vista estético, al materializarse como la solución más cálida.
Si le preguntas a los profesionales que cuáles son las ventajas de un suelo de madera, la respuesta es bastante unánime, ya que te dirán que destaca por su calidad estructural y tecnológica, por su capacidad de tener un pequeño peso propio, con lo cual aporta una gran ligereza a la estructura que le sustenta y su capacidad para resistir esfuerzos de flexión. Además la madera tratada adecuadamente resiste la humedad y las plagas, y en un supuesto de incendio sufre un proceso de madera carbonizada, a este efecto se le denomina carbonización, por el cual las vigas principales y viguetas se queman en su superficie en un espesor de unos 3 a 4 milímetros y al arrojar agua sobre ellas con el propósito de apagar el incendio dejan el núcleo intacto por un largo tiempo, con lo cual no se produce el colapso de la estructura de madera.
Para el suelo utilizado en las casas, los arquitectos te aconsejarán que además de resistir el desgaste al cual se le somete al pisarlo, también tiene la misión de realizar un destacado papel en la decoración de las mismas, es por ello que de todos los tipos de suelos existentes a la madera se la considera como uno de los más nobles materiales, y máxime si lo que buscas y deseas es disfrutar de un ambiente cálido y acogedor. Llegado a este punto te preguntarás cuántos suelos de madera existen, y cómo los puedes distinguir.
Vamos a realizar una clasificación muy sencilla, ya que nos vamos a centrar en dos tipos de suelos de madera, los cuales son la Tarima y el Parquet, y luego pasamos a describir los diferentes tipos existentes dentro de cada uno de ellos. La mayor diferencia se encuentra en la calidad de la capa que pisas, ya que en el caso de la Tarima suele ser de material sintético imitando a la madera, mientras que en el Parquet es de madera maciza natural, por eso para elegir uno de los dos tipos, es claro que todo va a depender del presupuesto de que dispongas, y del uso que le vas a dar en función de su ubicación.
Se llama así porque este suelo de madera no está adherido a la cara superior de la capa de compresión del forjado, de tal forma que las tablas que lo integran se unen machihembradas entre ellas, y al estar “flotando” es un suelo que con los cambios de humedad o temperatura se dilatará o contraerá libremente, sin deformarse la tarima, para que esto sea así hay que dejar una holgura de 3 milímetros en todo el perímetro de la tarima en contacto con los muros. Su colocación se puede hacer sobre cualquier suelo antiguo con la única condición de que esté nivelado.
Dentro de la Tarima flotante tenemos:
- Tarima flotante sintética, que se la denomina así porque la última capa tiene impresa una imagen que imita a la madera, y también se la conoce como suelo laminado, son muy populares por su precio ya que se encuentran en una gran variedad de color y textura, y porque es un suelo de madera de 8 mm de espesor que no necesita mantenimiento alguno, y su colocación es muy fácil y rápida, por lo que resulta una buena solución para una reforma económica.
- Tarima flotante multicapa, que se la denomina así porque está formada por varias capas de madera, donde la capa superior es de madera noble reforzada ante el desgaste con barnices, logrando con ello una mayor vida útil sin casi mantenimiento.
La Tarima maciza es la que tiene más calidad, pero claro está a un precio mayor, ya que está formado con tablas de madera maciza de unos 20 a 22 milímetros de espesor, con ellas se logra un excelente acabado en donde se coloca.
Existen tres tipos:
- Tarima macizas multicapa, que es un entarimado que no tiene muy extendido su uso, se puede instalar mediante el método flotante, o en contacto directo, está formado por tres capas de madera del mismo tipo encoladas entre sí, y donde la capa superior tiene 5 milímetros de espesor, lo que le da una gran resistencia a la deformación y al impacto.
- Tarimas macizas de interior, que es el entarimado tradicional por excelencia, y puede ir clavado a los rastreles o bien pegado con un adhesivo, y se realiza in situ el lijado y el barnizado final.
- Tarimas macizas de exterior, que van colocadas sobre rastreles, usando elementos de sujeción inoxidables, en este tipo la madera debe ser tratada para prevenir el ataque de xilófagos y hongos, y se realiza in situ el lijado y el barnizado final.
Este suelo está formado por tablas que tienen unos 14 milímetros de espesor, de los cuales 3 ó 4 milímetros son de madera maciza natural, y ello es debido básicamente para que se pueda acuchillar y barnizar de nuevo al menos unas 2 ó 3 veces a lo largo de su vida útil, el Parquet de madera natural tiene la singularidad de estar formado por tablas pequeñas que se colocan dibujando mosaicos, están formadas por tres capas de madera pegadas, aunque la tabla puede ser de una sola capa maciza.
En este tipo existe también el parquet sintético que es más barato, y tiene una base de fibras y una capa de material sintético que imita a la madera con un tratamiento de resina para endurecerla, y que suele tener un uso industrial.
El suelo de parquet puede colocarse encolando cada tabla a la cara superior de la capa de compresión del forjado donde su colocación es más lenta pero de más calidad, o según el método flotante donde su colocación es más rápida y económica, y se compone de una capa de madera natural sobre una contrachapada, que se coloca encima de una lámina de espuma de polietileno para absorber el ruido de impacto.
En las casas los suelos de madera se suelen colocar en los dormitorios y salón, que son zonas secas, aunque hoy en día se fabrican suelos laminados que están diseñados para zonas húmedas, como la cocina y los baños.
Al iniciar la limpieza lo primero que tienes que hacer es quitar todo lo que puedas del medio. Echa un vaso de un producto especial para la limpieza de la madera el cual te va a dejar un brillo natural y te va a cuidar la madera porque tiene vinagre en su composición, lo mezclas removiéndolo en medio cubo de agua y acto seguido pasa la fregona. Hay productos a base de almendras que también dan un buen tratamiento a la madera ya que tiene propiedades hidratantes.
En el supuesto de tener manchas resistentes o difíciles de quitar como chicles, cera de vela o de pintura, lo idóneo es tapar el área donde se localiza la mancha con una bolsa de plástico llena de hielo, para lograr que el chicle o la cera se endurezca, y en ese momento utiliza un elemento de plástico para rascar la superficie cuidadosamente, y en el caso de tener arañazos aplica un poco
de cera especial para madera en la zona arañada, verás como desaparecen.
