El loft: la reinterpretación del espacio

Pedro Munoz Pedro Munoz
Bajo comercial convertido en loft (Terrassa), Egue y Seta Egue y Seta Rustic style living room
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El espacio cobra un nuevo significado. Nuestras paredes son testigos de la reformulación del concepto de espacio. Ante ellas se sucede la reinterpretación del uso y de la funcionalidad de los espacios de la casa, que ahora se unifican para adaptarse a la modernidad de nuestro tiempo. Se vuelven un ente único, un espacio para experimentar, en el que Egue y Seta Pérez logran una excelente comunicación de los diferentes materiales. El loft es pues la materialización actual de un diálogo entre espacios, los cuales se han visto forzados a renunciar a su individualidad por las exigencias del tiempo. Un tiempo que, ahora, prioriza nuevas formas de diálogo en pro de una identidad común y unificada, haciendo del loft el adalid de la reinterpretación del espacio. 

Amplitud al poder

El loft trae consigo una nueva manera de entender el espacio. El espacio ya no ha de concebirse como algo limitado o cerrado; ahora se prima lo diáfono. Es una oda a la amplitud. Esto lo logran Egue y Seta Pérez de manera destacable, ya que consiguen reformular el significado de espacio y generar una nueva atmósfera que rebosa modernidad, diseño y dinamismo.  

Ininterrupción del espacio habitable

Pensemos global. Deconstruyamos nuestra forma de pensar la casa. Ya no hay habitaciones separadas las unas de las otras. Ahora el espacio se presenta como un continuum que se expande por cada rincón de la vivienda. Vemos que el vestuario se comunica con el dormitorio y éste, a su vez, deja paso a la plantación central de la casa. Nada se interpone en su camino: el espacio se ve ininterrumpido a lo largo de toda la vivienda. 

Donde los materiales se encuentran

El loft es una plataforma de comunicación. Es un punto de encuentro de los diferentes materiales, donde se plasma la rivalidad entre ellos por acaparar el máximo espacio posible; por marcar su territorio. Los materiales son conscientes de su poder y optan por integrarse unos con otros en el espacio. Lo hacen a la perfección, de manera que cada uno consagra su espacio propio dentro de una superficie compartida. Egue y Seta logran así un pacto entre ellos, de manera que integran a la perfección el uso de la madera y del acero para la cocina, el ladrillo visto y la madera para el salón y el cristal para el jardín. Todos para uno y uno para todos. 

El toque industrial: ideal para el loft

El comedor y el salón se integran en el espacio diáfono. Aun así, siguen considerándose el centro de la vivienda, donde pasaremos la mayor parte del tiempo. Por una parte, se sitúa junto a uno de los grandes ventanales de cristal, que constituye una de las mayores entradas de luz natural. Al otro lado, se ven flanqueados por un largo muro de ladrillo visto que pretende otorgar al loft un estilo industrial, digno de cualquier rincón de vanguardia. Al fondo, el panel de madera nos marca el límite hacia otros sectores de la casa. A pesar de ello, lo hace con la calidez y la suavidad que caracteriza a la madera de tonos marrones claros. Todo un acierto. 

El jardín de los loft

El verde no puede faltar en el loft. En esta imagen, se aprecia el empleo del paisajismo de interior para aportar un toque de naturaleza y de frescura al ambiente industrial creado por el loft. Además, la madera envuelve a esta franja vegetal, lo que aporta una calidez a esta parte del loft. 

La excepción: los muros de cristal

El loft repudia los muros. No los quiere, no le gustan. En cambio, sólo hay un caso en el que da su brazo a torcer: el cuarto de baño. El trato: utilizar únicamente un muro de cristal, que nos permita crear una atmósfera privada en el cuarto de baño y que, a su vez, se integre en el espacio al que pertenece. La opción perfecta, lograda por Egue y Seta

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