Cocinas de inducción, vitrocerámicas o gas ¿cuál elegir?

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
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A la hora de diseñar una cocina una de las grandes dudas es qué tipo de sistema para la cocina será el mejor. Es una decisión importante en la que el presupuesto es relevante, pero no fundamental, para inclinar la balanza a uno u otro lado. En el mercado hay tres grandes tipos de opciones, cuatro si se incluyen las casi desaparecidas placas eléctricas. Estas opciones son gas, vitrocerámica o cocina de inducción, lo cierto es que no hay una clara ventaja de unas frente a otras. Ya que cada tipo tiene sus ventajas e inconvenientes y el precio, entre unas y otras, no es un factor demasiado diferencial.

Las discusiones entre seguidores y detractores existen en cada una de las opciones. El gas es el preferido por los más puristas. Las cocinas de gas son las que más se acercan al tradicional fuego y, por tanto, las que hacen una comida más “auténtica”. Además la transmisión de calor es bastante rápida y, generalmente, todo tipo de utensilios son válidos en ellas. La principal desventaja: su limpieza, algo mucho más tedioso que en los otros sistemas.

Las vitrocerámicas suelen tener una limpieza más rápida, aunque hay muchos que piensan que su fácil deterioro no compensa la inversión. Las cocinas vitrocerámicas tienen una ventaja principal frente a las de gas: el uso del calor residual, algo a tener presente ya que su uso genera más gasto que con las tradicionales cocinas de gas.

Las últimas en discordia son las cocinas vitrocerámicas de inducción, grandes favoritas de aquellos que buscan la rapidez tanto en el cocinado como en la limpieza. Las cocinas de inducción no calientan, por lo tanto se evitan los comunes residuos quemados. Como puntos en contra su coste, algo más alto que las anteriormente mencionadas, además, no todos los utensilios de cocina son válidos en ellas.

Estas son, a grandes rasgos las principales características, ventajas e inconvenientes entre las cocinas de gas, vitrocerámica e inducción. A continuación se muestra en detalle las diferentes particularidades que se pueden encontrar en cada tipología.

Cocinas de gas

Como ya avanzábamos las cocinas de gas son las preferidas por los chef más puristas, dado su parecido con la cocina más tradicional. Dentro de esta tipología existen dos tipo: cocinas de gas butano o cocinas de gas ciudad. Las cocinas de gas butano están casi extintas, sin embargo, aún es posible, por increíble que parezca, su instalación. Incluso es posible optar, no sólo por la cocina, sino por un monobloque de cocina y horno de gas. Sin embargo, lo más frecuente es optar por hornos eléctricos y cocinas de gas.

Una de las principales ventajas que presenta esta cocina es su precio, no sólo en lo que a instalación se refiere. El gas es más barato que la luz y, por tanto, emplear este tipo de cocinas es mucho más rentable que usar cocinas vitrocerámicas de inducción o vitrocerámicas convencionales.

A la hora de enumerar ventajas de este tipo de cocinas encontramos: en primer lugar la rapidez con la que calientan los recipientes (este tipo de cocinas admite cualquier tipo de utensilio), el bajo consumo de energía (además de ser más económica) y como puntualizarían los más puristas, el sabor tan particular que se impregna en los platos.

Aunque no todo el monte es orégano, las cocinas de gas también tienen sus inconvenientes. Una de las mayores desventajas es su limpieza, pese a tratarse de una superficie lisa, los quemadores suelen mancharse con gran facilidad, sin embargo, no se limpian al mismo ritmo que se manchan. Además de este hándicap, el gas es un elemento especialmente delicado, se debe tener mucho cuidado para prevenir las fugas, muy especialmente en el caso de las cocinas de gas butano.

Cocinas con placas vitrocerámicas

Hace unos años no existía hogar que no quisiera contar con placas vitrocerámicas en su moderna cocina. El gran impulso de su inclusión fue, sin lugar a dudas, su elegante diseño y su, a priori, fácil limpieza. Las placas vitrocerámicas son un punto a medio camino entre las clásicas cocinas de gas y las posmodernas cocinas vitrocerámicas de inducción.

Las placas vitrocerámicas generan calor por medio de unas resistencias eléctricas colocadas bajo el cristal. Esas resistencias calientan el cristal como si de una estufa se tratase y de ahí al recipiente que se coloque encima. La principal característica de este tipo de cocinas es que el vidrio no se calienta de inmediato, sino que tarda unos minutos en alcanzar su punto máximo. Así mismo, el calor no termina al apagar la vitrocerámica, sino que se queda de manera residual durante un periodo algo extenso.

Una de las diferencias entre las cocinas de inducción y vitrocerámicas convencionales tiene que ver con su precio, estas últimas son más económica que las de inducción. Otros reclamos son su elegante diseño y la compatibilidad, al igual que ocurría con las de gas, con cualquier tipo de recipiente. A medio camino entre ventaja y desventaja encontramos su limpieza. Es cierto que son más fáciles de limpiar que las cocinas de gas, sin embargo, si algo queda pegado en el cristal, la tarea de limpiarlo no será sencilla, por no mencionar la necesidad de emplear productos específicos. Además, requieren mucho cuidado en este punto, ya que se rayan con cierta facilidad. Entre sus principales inconvenientes se encuentra el ya mencionado calor residual. Si se emplea correctamente, este calor no será desperdiciado, tan sólo es necesario apagar el fuego algo antes de terminar de cocinar. Sin embargo, en la mayoría de los casos esto no sucede y, por lo tanto, se produce un gasto de energía innecesario.

Cocinas vitrocerámicas de inducción

Las cocinas vitrocerámicas de inducción son la alternativa más eficiente y moderna del mercado. Aunque su aspecto es muy similar a la categoría anterior, existen bastantes diferencias entre una y otra.

Las diferencias entre cocinas de inducción y vitrocerámicas tienen su mayor exponente en que las de esta categoría funcionan mediante la generación de un campo magnético (ley de Faraday). Cuando dicho campo entra en contacto con un recipiente metálico, hace que este se caliente. Este es el motivo por el cual no todos los recipientes son válidos en este tipo de cocinas. Además este sistema hace que el recipiente se caliente, sin embargo, la placa queda completamente fría.

Este sistema es mucho más eficiente que los anteriores y, por tanto, permite ahorrar energía y dinero. Entre las principales ventajas se encuentran, además de las ya mencionadas, el ahorro de tiempo, la sencillez en su limpieza o su alta eficiencia.  ¿En contra? En primer lugar el precio, algo menos económico que en los dos sistemas anteriormente mencionados y, además, no todo el menaje es válido en este tipo de cocinas.

¿Son las cocinas de inducción un problema para la salud?

Circula un rumor acerca de la seguridad en las placas de inducción. Esto se debe a que hay algunas opiniones que afirman que sus sistema de campos magnéticos de alta frecuencia afecta negativamente a la salud.

Para que esto de verdad ocurriera, el campo magnético debería ser muchísimo mayor, además, existe otro factor en esta ecuación, se trata del tiempo de exposición. Ninguna de las dos premisas requeridas para afirmar consecuencias negativas sobre la salud se cumple. Por lo tanto, este sistema es totalmente seguro y sus detractores no tienen una base científica para hacer tales afirmaciones.

Ahora que tienes toda la información quizá te interese echar un ojo a nuestro artículo: 15 ideas fantásticas para cocinas modernas.

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