3 transformaciones que demuestran que reformar el baño merece la pena

María Bausán María Bausán
homify Modern bathroom
Loading admin actions …

El cuarto de baño es uno de los rincones de la casa que más se presta a hacer reformas, aunque también una de las obras que más tememos. Arreglar el cuarto de baño supone poner patas arriba uno de los espacios más importantes de la vivienda, ya que no hay reforma parcial de esta habitación: cuando nos ponemos manos a la obra, no hay marcha atrás y en la mayoría de los casos la reforma del mismo es integral, con cambio de revestimientos, pavimentos, distribución y sanitarios. Una locura que puede dar bastante dolor de cabeza a aquellos que se decidan a hacerlo. 

Por eso, te aconsejamos que planifiques antes de ponerte a ello y que te dejes aconsejar por los mejores profesionales del sector. Además, es importante que tengas siempre en mente el resultado, ya que solo así conseguirás no desesperarte cuando tu baño esté lleno de escombros. Por eso, hoy queremos mostrarte algunas transformaciones de baños con las que comprobar que meterte en reformas es un lío monumental, sí, pero merece la pena. 

Antes: aquel baño de los años setenta

Empezamos con un cuarto de baño de estética antigua, con alicatado en azul oscuro y una gran bañera que ha dejado de ser funcional para sus dueños. La habitación no tiene iluminación natural, por lo que el uso de azulejos oscuros no es lo más apropiado para conseguir un ambiente más luminoso y agradable. 

En este baño, al no tener un mueble adosado al lavabo, se ha instalado un armario que sobresale de la pared, restando espacio y amplitud a la habitación. 

Después: una ducha donde antes había una bañera

Uno de los primeros cambios proyectados era la eliminación de la bañera y su sustitución por una ducha con mampara. Al reducir el espacio para la ducha, se ha podido colocar un mueble de almacenamiento que va de techo a suelo sin restar espacio al resto del cuarto de baño. 

El cambio en el pavimento y en el revestimiento marca la diferencia frente al anterior baño. Ahora se ha utilizado el blanco como color principal, aunque combinado con tonos tierra en el pavimento y fucsia en los textiles. El resultado, un cuarto de baño más funcional y moderno. 

Antes: un cuarto de baño con recovecos

Este cuarto de baño, con alicatado anticuado y una ducha que se ha olvidado por completo de la estética, necesitaba urgentemente una reforma. La ventana se encuentra casi aislada por un pilar del que es imposible desprenderse por su función estructural, pero que no estaría de más integrar de una manera diferente en la habitación. 

Después: un uso más práctico del espacio

La ducha deja de ser un armatoste en medio del cuarto de baño y ahora se extiende hasta la ventana. De esta forma, no solo se convierte en un elemento mucho más integrado en la habitación, sino que además, al cerrar el espacio hasta el molesto pilar, consigue que este se camufle mucho mejor de lo que lo hacía antes. Por otro lado, los colores taciturnos del anterior revestimiento se han sustituido por el elegante gris. 

Antes: un aburrido baño convencional

No se trata de un baño horrible ni mal aprovechado, pero sí de una habitación insulsa y aburrida. Demasiado blanco, con una cenefa pasada de moda y unas cortinas que parecen sacadas de la casa de la abuela. 

Después: un cuarto de baño con clase

Tras las obras, el cuarto de baño ha cambiado totalmente de cara. El blanco se mantiene, pero se completa con superficies revestidas de madera. Además se ha producido un cambio total de distribución y el lavabo ha pasado a ocupar el espacio del bidé, que ha sido suprimido. 

Si todavía no te hemos convencido para que lleves a cabo una reforma en tu viejo baño, te recomendamos que le eches un vistazo al libro de ideas ¿Cómo reformar el baño? Consejos para una reforma sin sorpresas.

Need help with your home project?
Get in touch!

Highlights from our magazine