Hay una corriente que conjuga la psicología con la arquitectura, y plantea que el diseño de las construcciones, o en todo caso sus formas, revelan la personalidad de sus ocupantes.
Quizás no sea del todo errada esta teoría, porque a la larga, el diseño final de una casa es aprobada por su propietario, y hay sentimientos que no tienen explicación racional de por qué un diseño gusta más que otro. Y probablemente la respuesta surja del subconsciente, que responde a deseos e instintos de la personalidad bien arraigados, pero que modelan la conducta de la persona. Veamos algunos ejemplos de cómo las formas de una construcción pueden definir una personalidad.