De casa antigua ¡a moderna!

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industrial by Alice Bizien, Industrial
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Una impresionante remodelación de inspiración. En esta ocasión, visitaremos virtualmente el proyecto que llevó a la antigua casa de una fábrica y a un antiguo taller, a convertirse en un hogar contemporáneo. Tras la intervención, se consiguió que ambos edificios se integraran a la perfección y tomarán una imagen más contemporánea, sin abandonar la esencia de su origen. El interior fue diseñado por Alice Bizien, quien consiguió con esfuerzo transformar esta antigua fábrica en la casa que descubriremos continuación. ¡Vamos a conocerla!

Antes: la antigua fábrica

Durante muchos años, la fábrica estuvo abandonada y tan solo se empleó como almacén de trastos y objetos variopintos. Un buen día, se decidió poner fin a esto y estudiar las posibilidades que podía ofrecer. El panorama era desolador, pero el edificio era un diamante en bruto…

Después: un espacio al que llamar hogar

El mismo espacio que mostrábamos en la imagen anterior se convirtió en este. ¡Nada quue ver! Atrás quedaron los años de abandono y desorden, ahora esta estancia se ha convertido en la sala. Luminoso y con cierto aire industrial, gracias a sus ventanas y mobiliario. Se repararon muros y cubiertas, y su suelo se cubrió de un piso cálido de madera. Aunque se tuvo que sustituir parte de la cubierta, se mantuvieron sus huecos, convertidos ahora en tragaluces, por los que la luz natural se cuela en el interior.

Después: el antiguo taller

La forma original del taller fue mantenida e integrada a la perfección en la casa, de manera que la fusión entre ambas partes dio como resultado una superficie de 250 metros cuadrados. A pesar de unirlos, se quiso mantener los rasgos de sus diferentes identidades. Podemos observar como el espacio que muestra esta imagen es diferente al que veíamos antes. La estructura del techo de madera y algún muro de ladrillo se mantuvieron, dándole a esta estancia un carácter diferente. El mobiliario moderno establece un diálogo con la historia de la casa, de una época diferente.

Antes: una cocina chapada a la antigua

Aunque la antigua cocina no se encontraba en tan malas condiciones como el resto del espacio, su diseño resultaba bastante anticuado. Los detalles rústicos de la madera, el piso cerámico y el alicatado a media altura pedían a gritos ser sustituidos por nuevos materiales y muebles más adaptados al nuevo paisaje interior de esta casa.

Después: ¡una cocina con mucho estilo!

Se mantuvo el mismo espacio para la cocina; sin embargo, se eliminó el tabique que la separaba del resto de la casa, abriéndola al resto de la vivienda y apostando por una distribución más flexible y fluida. Para diferenciarla del resto, se introdujo un pavimento diferente, más adaptado para un cuarto húmedo. Donde antes se encontraba la gran pieza de madera, se colocó una nueva de color negro terminada en madera. Se eliminó la banda superior de armarios, dando lugar a una estancia más despejada donde la campana extractora rompe la homogeneidad del muro.

Antes: obscuridad bajo el techo

Bajo la cubierta se encontraban las recámaras de esta casa. A pesar de la presencia de dos grandes ventanas, el espacio resultaba oscuro y poco acogedor. Quizá eran los colores elegidos para el mobiliario, quizá el estampado de la moqueta del suelo, la extraña combinación de las piezas de mobiliario o todo en conjunto.

Después: la nueva recámara

Se ganó la batalla a la oscuridad y la nueva recámara ¡se convirtió en una habitación resplandeciente! Aunque no se abrieron otras ventanas, la nueva paleta de colores consiguió que la luz que entraba rebotara por las superficies de esta habitación, ahora de estilo contemporáneo. Para el suelo se eligió madera clara en tono natural, en contraste con la madera oscura de la estructura del techo. El blanco de las paredes resultó más luminoso que los tonos cremas anteriores. Por último, la decoración ácida en amarillo puso la nota de color a esta agradable habitación. 

Antes: una vieja escalera

Aunque el diseño de la escalera era realmente atractivo, el espacio donde se encontraba necesitaba ser replanteado. Diferentes piezas de mobiliario abarrotaban esta parte de la casa, restando comodidad y funcionalidad. Además, los colores, no dejaban que la madera resaltara en el conjunto.

Después: ¡un gran cambio!

Con un cambio radical de imagen, su nuevo diseño convirtió a la escalera en protagonista de la escena. Sobre un fondo blanco, el tono marrón de de sus peldaños destaca con calidez, contrastando con el moderno pavimento elegido para el suelo, mismo que en la cocina. Tan solo dos piezas cohabitan con ella ahora en el recibidor: una butaca y un mozo perchero, que mejoran la bienvenida de esta casa. 

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