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Los japoneses son expertos en la creación de cosas bellas y frágiles al mismo tiempo. El origami, el arte de doblar el papel hasta crear formas increíbles, es un buen ejemplo de ello. Se trata de un arte ancestral cuya influencia va más allá de un juego de papeles, como vemos a ver en este proyecto de arquitectura que nos lleva hasta el país del sol naciente. Aquí, los pliegues que la madera hacen en los revestimientos nos recuerdan a los pliegues del papel de las figuritas de origami. Una inspiración que vamos a descubrir paso a paso en esta maravillosa y cálida vivienda unifamiliar, con pequeños detalles que nos sorprenderán. ¡Empezamos!
Antes de comenzar nuestro paseo por el interior de esta vivienda nos detenemos durante un instante ante su fachada. Aquí lo que más llama la atención es la horizontalidad del edificio, una vivienda unifamiliar de una sola planta. La casa se presenta abierta, dejándonos ver la profundidad planteada y el diálogo entre interior y exterior, que será una constante y que vamos a ver en detalle en las imágenes posteriores de este libro de ideas.
Apenas sin transiciones pasamos del exterior al interior a través de la puerta corredera vidriada que conecta el jardín con el salón. Pero esa intercomunicación de espacios no es solo entre dentro y fuera, también entre los diferentes espacios que componen la casa. Así, vemos como la cocina se erige como un rincón independiente, pero integrado en la gran sala que compone la zona de día.
Quizá una de las características más sorprendentes de esta vivienda es la cubierta de este salón. Por un lado, las piezas de madera que parecen plegarse como en una figura de origami. Por otro, la inclinación de la cubierta, a cuatro aguas, que le da altura y personalidad a la estancia. Por último, el tragaluz que corona la parte más alta y que riega de luz cenital la casa.
El material clave de la vivienda es la madera. Está presente en el pavimento que recorre la casa, pero también, tal y como veíamos antes, en la cubierta. Además se presenta sútil en los cantos de las paredes o en los bordes de las puertas y en el mobiliario. Combinada con las paredes blancas consigue crear una agradable sensación de hogar.
Pasamos al cuarto para comprobar que ese aire diáfano que resaltábamos al principio no se limita a la zona del día y traspasa a la parte más intima de la casa. Dormitorio y salón comparten cubierta y los tabiques que lo separan no son completos, ya que no llegan hasta el techo, permitiendo que la luz que entraba por el tragaluz llegue también al cuarto.
Terminamos visitando el cuarto de baño, un espacio que mantiene el equilibrio que veíamos en el resto de la vivienda. Líneas minimalistas que están presentes en el mobiliario, pero que sin embargo se combinan con la madera de la cubierta y con un tono verde menta en uno de los tabiques.
Hay mas casas japonesas maravillosas. Te presentamos una muy especial en el artículo El equilibrio perfecto entre la privacidad y la libertad.
